viernes, 23 de diciembre de 2011

Jack Staff, todo solía ser en blanco y negro, de Paul Grist


No soy un fan de los superhéroes; no sigo ninguna serie regular; apenas leo aquello que por fama y prestigio ya no me es posible seguir dándole largas por más tiempo. Para que os hagáis una idea, lo último que leí fue parte del Thor de Simonson, y no me pareció nada del otro jueves. Quiero decir que no estoy al día en el tema como para hacer una afirmación así, pero de todas formas, ahí va: ¡menuda lección le da Paul Grist a los yankis de cómo se hacen superhéroes!

Vale, no hay épica de todo a cien, ni el dibujo hace obstentación de esa fastuosidad de postal tan típica de los cómic-book americano. Pero rebosa inteligencia y personalidad por los cuatro costados. Especialmente me impresiona  la habilidad de Grist para la puesta en página,  esos juegos constantes con las viñetas, con la secuencialidad, con el texto... pero sobre todo su técnica en la construcción del relato. Grist se mueve con soltura entre varias lineas argumentales, las mezcla, las confunde, se deplaza en el tiempo, ahora en el presente, ahora en el pasado, ahora no se sabe pero seguro que no tardaremos mucho en averiguarlo... y al final, tira de todos los hilos... ¡y el mosáico está completo! Perfecto en su majestuosidad..

Pero lo mejor de todo es que los superhéroes de Grist no necesitan la excusa de la decontrucción posmoderna, ni la de la parodia divertida, o la del indigesto ensayo narrativo. Los superhéroes de Grist son simplemente aventura, acción, diversión... Eso sí, maravillosamente construidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario