lunes, 27 de febrero de 2012

Yo maté a Adolf Hitler, de Jason


No deja de hacerme gracia la fina ironía que se oculta tras la aparente frialdad de Jason. El tipo este es capaz de tomar cuantos elementos fantásticos, lindando con lo surrealista, se le pasen por la cabeza -asesinos profesionales, viajes en el tiempo, Adolf Hitler perdido en el presente- y darles un tratamiento de seriedad y solemnidad que no se cree ni él. Pero lo más divertido es que en el fondo los temas que aborda Jason a través de esta curiosa forma de ironía distanciada son realmente muy serios y muy solemnes. Es decir, temas graves que chocan con los elementos fantasiosos que elige para exponerlos que  a su vez chocan con el tono solemne con que los reviste...

En este caso, aunque parezca una historia de ciencia ficción al uso, la típica ucronía asociada a los viajes en el tiempo, del tipo, literalmente hablando, "¿y si viajara al pasado y matara a Hitler?", en realidad estamos ante una  historia romántica. Una hermosa historia de amor,  de esos amores que saltan por encima de todas las barreras, en especial de las que impone el tiempo... Es curioso que ambos amantes apenas puedan compartir sus vidas más que por muy breves períodos de tiempo, y sin embargo, pese a ello, o tal vez gracias a ello, consigan lo que muy pocas parejas logran habitualmente: mantenerse unidos hasta la vejez...

Aunque por lo general prefiero al Jason de las historias cortas, incluso el de las mudas, diré que Yo maté a Adolf Hitler me parece a la altura de sus mejores tebeos. Un relato verdaderamente notable. 

Y por cierto, extraordinario el uso del color.


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